La enseñanza objetiva, empero, logró su mejor formulación teorética en la doctrina del doctor Manuel Flores, a cuyo nombre se vincula la fundación de las cátedras de Pedagogía. El doctor Flores, entonces estudiante de medicina, fue designado profesor de enseñanza objetiva en una escuela de la capital, en la época del ministro Covarrubias. A diferencia de sus colegas, el doctor Flores comprendió que aquel nuevo ramo en la escuela no debía ser una simple materia del plan de enseñanza, sino el fundamento de una serie de principios psicológicos. El doctor Flores nos ha referido sus primeras vacilaciones y los primeros consejos que recibiera de Gabino Barreda. Cuando fue nombrado ministro Protasio Tagle, el doctor Flores ya estaba en aptitud de formular la nueva doctrina, que no era otra que la del realismo pedagógico. Tomó sus primeras inspiraciones en Mill; después acudió a la obra de Spencer.
En su libro Tratado Elemental de Pedagogía da una fundamentación minuciosa, sobre base empírica y positivista, de la enseñanza objetiva. La educación de los sentidos, la educación intelectual, la educación moral y del carácter, todo se aborda allí partiendo de los presupuestos metodológicos del objetivismo didáctico.
La verdadera enseñanza, dice el doctor Manuel Flores, debe ser concreta y objetiva, vale decir, debe tratar de levarse a los principios, a las leyes y a las reglas, partiendo de la observación de los casos particulares que les sirven de fundamento.
La razón de esto es obvia. Para adquirir una noción de carácter general son necesarios dos elementos igualmente indispensables; un acopio suficiente de datos y un poder considerable de abstracción, tanto mayor cuanto más generales sean la ley y la regla.
En la gran mayoría de los casos, el niño no tiene ese acopio de datos, y sis ellos el principio general que se trata de enseñarle es punto menos que vacío de sentido.
El poder de abstracción es en los niños tanto más limitado cuanto su edad y su experiencia son menores. Doble motivo para que les sea imposible asimilarse todas esas leyes y reglas si no es en forma puramente verbal, es decir aprendiendo las palabras, pero no penetrándose del sentido.
Por lo contario, cuando se presentan a la observación del niño algunos hechos que sean casos particulares de una ley general, y se le incita a compararlos, no tarda en adquirir la noción general en ellos implicada, noción adquirida realmente, por más que en muchos casos no pueda darle una forma verbal.
Así es como el niño adquiere nociones generales, reales y precisas sobre todo lo que le rodea, nociones que aplica incesantemente, que da mil pruebas de haberse asimilado y que muchísimas veces no podría formular, lo que no obsta para que las utilice a cada paso.
Esta orientación inductiva de la pedagogía es, en cierto modo, activista. La observación y la experimentación personales del niño, he aquí las fuentes naturales de sus conocimientos y he aquí también las que el maestro debe aprovechar. Más que otro alguno, el papel del maestro debe ser el de suministrar los materiales con los que el niño debe elaborar sus conocimientos. Y tan cierto es que le neseñanza en concreto y de observación es la más fructuosa, que aun los adultos, y los adultos instruidos y cultos, buscan o recurren a los ejemplos para asegurar la comprensión de los hechos abstractos, y todos hemos experimentado que una luz súta esclarece nuestro entendimiento en el momento en que los ejemplos vienen a continuación de las eyes o las reglas.
El doctor Flores considerada que el método de la enseñanza objetiva es, así mismo, un método natural. "La enseñanza objetiva no pretende enseñar todo con objetos; sus ventajas no se derivan de que haga uso de ellos, sino de que pone en juegolas facultades del niño al instruirlo; de que trueca el papel pasivo que actualmente tiene en la escuela por otro activo, y como es indudable que esta intervención activa del niño se puede lograr en toda clase de estudios, el método puede hacerse extensivo a la enseñanza toda. Pero aun suponiendo que a dicho conocimiento no se extiende el método que defendemos, no son ellos por fortuna, los más indispensabes, puesto que la lectura, cuya preponderancia es inconcusa, tiene, sin embargo, una importancia menor que los conocimientos científicos y elementales en los que el método objetivo tiene su más perfecta aplicación. Pudo el hombre vivir mucho siglos, pueden aún mucho contemporáneos subsistir y progresar en ciertos límites sin saber leer, y más aún, sin saber gramática, retórica, etc.; pero su vida sería imposible sin conocimientos científicos, aunque empíricos, respecto a los seres y fenómenos con quien se encuentra en relación. Si el método objetivo es el mejor para darnos nociones claras, exactas y aplicables de todos los seres y fenómenos que nos rodean y cuyo conocimiento es condición de existencia indispensable, y si a mayor abundamiento es adaptable a la adquisición de los conocimientos de simplificación y perfeccionamiento, el método objetivo es el método instructivo por excelencia".
En su libro Tratado Elemental de Pedagogía da una fundamentación minuciosa, sobre base empírica y positivista, de la enseñanza objetiva. La educación de los sentidos, la educación intelectual, la educación moral y del carácter, todo se aborda allí partiendo de los presupuestos metodológicos del objetivismo didáctico.
La verdadera enseñanza, dice el doctor Manuel Flores, debe ser concreta y objetiva, vale decir, debe tratar de levarse a los principios, a las leyes y a las reglas, partiendo de la observación de los casos particulares que les sirven de fundamento.
La razón de esto es obvia. Para adquirir una noción de carácter general son necesarios dos elementos igualmente indispensables; un acopio suficiente de datos y un poder considerable de abstracción, tanto mayor cuanto más generales sean la ley y la regla.
En la gran mayoría de los casos, el niño no tiene ese acopio de datos, y sis ellos el principio general que se trata de enseñarle es punto menos que vacío de sentido.
El poder de abstracción es en los niños tanto más limitado cuanto su edad y su experiencia son menores. Doble motivo para que les sea imposible asimilarse todas esas leyes y reglas si no es en forma puramente verbal, es decir aprendiendo las palabras, pero no penetrándose del sentido.
Por lo contario, cuando se presentan a la observación del niño algunos hechos que sean casos particulares de una ley general, y se le incita a compararlos, no tarda en adquirir la noción general en ellos implicada, noción adquirida realmente, por más que en muchos casos no pueda darle una forma verbal.
Así es como el niño adquiere nociones generales, reales y precisas sobre todo lo que le rodea, nociones que aplica incesantemente, que da mil pruebas de haberse asimilado y que muchísimas veces no podría formular, lo que no obsta para que las utilice a cada paso.
Esta orientación inductiva de la pedagogía es, en cierto modo, activista. La observación y la experimentación personales del niño, he aquí las fuentes naturales de sus conocimientos y he aquí también las que el maestro debe aprovechar. Más que otro alguno, el papel del maestro debe ser el de suministrar los materiales con los que el niño debe elaborar sus conocimientos. Y tan cierto es que le neseñanza en concreto y de observación es la más fructuosa, que aun los adultos, y los adultos instruidos y cultos, buscan o recurren a los ejemplos para asegurar la comprensión de los hechos abstractos, y todos hemos experimentado que una luz súta esclarece nuestro entendimiento en el momento en que los ejemplos vienen a continuación de las eyes o las reglas.
El doctor Flores considerada que el método de la enseñanza objetiva es, así mismo, un método natural. "La enseñanza objetiva no pretende enseñar todo con objetos; sus ventajas no se derivan de que haga uso de ellos, sino de que pone en juegolas facultades del niño al instruirlo; de que trueca el papel pasivo que actualmente tiene en la escuela por otro activo, y como es indudable que esta intervención activa del niño se puede lograr en toda clase de estudios, el método puede hacerse extensivo a la enseñanza toda. Pero aun suponiendo que a dicho conocimiento no se extiende el método que defendemos, no son ellos por fortuna, los más indispensabes, puesto que la lectura, cuya preponderancia es inconcusa, tiene, sin embargo, una importancia menor que los conocimientos científicos y elementales en los que el método objetivo tiene su más perfecta aplicación. Pudo el hombre vivir mucho siglos, pueden aún mucho contemporáneos subsistir y progresar en ciertos límites sin saber leer, y más aún, sin saber gramática, retórica, etc.; pero su vida sería imposible sin conocimientos científicos, aunque empíricos, respecto a los seres y fenómenos con quien se encuentra en relación. Si el método objetivo es el mejor para darnos nociones claras, exactas y aplicables de todos los seres y fenómenos que nos rodean y cuyo conocimiento es condición de existencia indispensable, y si a mayor abundamiento es adaptable a la adquisición de los conocimientos de simplificación y perfeccionamiento, el método objetivo es el método instructivo por excelencia".
2 comentarios:
Esta un poco cansada la lectura por el tamaño de la letra y porque no tiene muchas imagenes en donde "descansar" un poco la vista.
De ahì en fuera bien.
la información es buena ya que nos habla de la enseñanza objetiva, solo que las letras son muy chicas; y uno se cansa leyendo
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